CATALUNYA I ESPANYA

Aquí va una carta que vaig escriure i lliurar en mà a José Bono, amb motiu de la seva presència a Manresa per participar en una Jornada per la Pau. La poso perquè crec que resumeix bé el meu pensament quant a les relacions Catalunya-Espanya, tot i haver-hi algunes concessions (calia parlar-li des d'uns conceptes que pugués entendre). Bé, ara seria una mica més radical. Com que han demostrat que no ho poden entendre, crec que per tal que ens considerin iguals caldrà separar-se.
És llarg però crec que val la pena per tenir clar quins són els arguments que hem d'utilitzar els catalans: EXIGIM LA IGUALTAT QUE ARA NO TENIM !

Manresa, 17 de febrero de 2007

CARTA ABIERTA A D. JOSÉ BONO

Distinguido señor :

Con motivo de su visita, un grupo de ciudadanos queremos hacerle llegar nuestras preocupaciones y reflexiones respecto a un tema íntimamente relacionado con su intervención en "la Jornada de la Paz.

No entendemos cómo alguien puede llevar la paz por bandera y al mismo tiempo pretender imponer su lengua, su cultura, su identidad y su ley a sus vecinos. La verdadera paz no consiste únicamente en la ausencia de conflicto armado, sino que debe estar basada en el respeto mutuo, en la justicia, en la igualdad. Justamente eso es lo que queremos los catalanes, la igualdad de derechos y deberes. Y es que ahora, aunque pueda extrañarle, no tenemos los mismos derechos y deberes.

Lo más claro es el tema de la lengua: yo tengo el deber de conocer su lengua (Constitución dixit) y usted no tiene el deber de conocer la mía. No hay reciprocidad, no hay igualdad. Lo arreglan diciendo que el "español" es "también" mi lengua. ¿No me van a dejar a mí decidir cuál es mi lengua? No es que me regalen generosamente su idioma, es que me lo imponen. Como ha sido así durante siglos ya parece normal. Todo esto proviene de un error de base: hay un idioma al que se denomina español. Luego parece lógico que para ir por toda España deba ser suficiente con el español. Pero entonces ¿los demás idiomas qué son? A veces dicen: "Ah, el catalán es también español". Pero ¿qué significa ese "también"? ¿Que es español "de segunda"? No, no y no. Si Cataluña es España la lengua catalana es tan española como la que más, ni más ni menos. Lo que no seremos nunca de buen grado es españoles de segunda. No se trata de que se deba aprender catalán en toda España, simplemente que se comprenda que cuando en Cataluña se habla catalán ya se habla español, el español propio de Cataluña. Así se comprendería perfectamente que el que viene a vivir (no de visita) a Cataluña deba aprender la lengua, y más si es un funcionario público con atención directa a las personas. Porque si no, está conculcando mi derecho a hablar mi idioma en mi casa. ¿Cómo se explica esa obstinación en imponer el castellano? ¿No será que quieren conservar (consciente o inconscientemente) el privilegio de poder vivir y trabajar en toda España sin aprender otra lengua que la suya? Pues vale, pero que no den lecciones de igualdad.

He empezado por el tema de la lengua porque me parece sintomático de la idea general: Cataluña es España, pero tiene que serlo según una determinada idea de España, lo catalán no es español. Se confunde una parte con el todo. Todo el estado debe tener una misma identidad. Esto proviene del absolutismo monárquico del siglo XVIII, antes no era así. Si no pasara eso no tendríamos inconveniente en ser españoles. Sería lo que se llama el estado plurinacional. Cataluña es una nación como Castilla es una nación, ni más ni menos. Todo lo catalán sería tan español como lo es todo lo castellano. Igualdad de dignidad y derechos porque las diferentes identidades son igualmente dignas y reconocidas como tales. Pero esto no se quiere aceptar de ninguna manera. Yo sospecho que inconscientemente creen que si España aceptara eso sería menos que otros grandes estados. Todo lo contrario. Todos los estados formados en la Edad Moderna son plurinacionales (Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Rusia,...). Incluso Alemania e Italia, formados muy recientemente tienen muy diversas identidades en su territorio. ¡Hasta el estado más pequeño del mundo es el más plurinacional! Lo que pasa es que todos pasaron por la etapa de la uniformización y todos temen ahora reconocer la diversidad y acaso perder el privilegio de la identidad mayoritaria sobre las otras. Todos los estados se apoyan en eso porque "cuando las barbas de tu vecino veas pelar...". Pero ¿alguien cree ahora que la primera potencia que reconoció la autodeterminación de sus colonias se rebajó? Igualmente el primer estado que reconozca su identidad plurinacional pasará a la historia como el primer estado verdaderamente libre. Y no será el último. Pero me temo que España no quiere esa gloria.

A nosotros, que sólo intentamos preservar lo nuestro en nuestra casa sin imponerlo a los vecinos, nos llaman nacionalistas, excluyentes y provincianos, cuando no nos equiparan a los terroristas. En cambio, ustedes se autodenominan cosmopolitas y su lengua "es" universal, solamente porque a lo largo de la historia han conseguido imponerla a docenas de pueblos. Algunos catalanes caen en el error de llamarles también a ustedes nacionalistas, desprestigiando así el término. Permítame decírselo claro: la pretensión de imponer lo suyo al vecino no es nacionalismo, ¡es imperialismo! Y España, al igual que muchos otros estados, mientras no reconozca la igual dignidad de sus pueblos y su libertad para decidir por su cuenta si quieren sumarse o no a un proyecto común, no dejará de ser un imperio, no será una verdadera nación. Porque sin libertad no hay unión, como reconoce incluso la Iglesia Católica.

No se trata de separarse, sino de unirse. Pero la unión debe ser libre y voluntaria. "Libre asociación", libertad para unirse, es justamente lo que planteó Ibarreche, y ya vimos la que se armó. Luego Cataluña planteó mucho menos y además sin violencia y con amplio consenso: también se le pegó portazo. Porque en los temas clave se partió de cero, todo lo que había elaborado el Parlamento catalán no sirvió de nada. Nos dió lástima, y rabia, que en este tema se hablara de negociación. La dignidad y la libertad no se negocian, simplemente existen. O se reconocen o no se reconocen. Pero los que no quieran reconocerlas que no den lecciones de democracia.

En el seno de un imperio no puede existir la verdadera paz. A lo sumo habrá "pax romana", que se podría expresar más o menos con una pequeña rima: "Paz mientras la gente sea obediente. A quien no lo sea, se le arrea." Porque ustedes nunca se han comprometido a no usar la violencia (su ejército) para conservar su "sacrosanta" unidad de España.

No queremos faltarle al respeto Sr. Bono. Somos conscientes de que todo esto no es culpa suya únicamente. El problema es esa determinada mentalidad secular que le ha venido dada, según la cual todos debemos ser iguales, pero confundiendo iguales con idénticos, y además idénticos a uno mismo. No se entiende que la diversidad es riqueza y se desconfía del que no quiere plegarse a la uniformidad. Todo con la mejor intención, pretendiendo conseguir la deseable unidad.

No queremos insultarle Sr. Bono, pero nosotros nos sentimos insultados frecuentemente por esa mentalidad de la que usted, voluntariamente o no, es un destacado exponente. ¿ O acaso no es un insulto no tomar ni siquiera en consideración lo que aprobó casi el 90 % de los legítimos representantes del pueblo de Cataluña ? Esto es un insulto a Cataluña y a la democracia.

Por nuestra parte estamos abiertos al diálogo. Somos conscientes de que no somos perfectos y también deberemos cambiar nosotros. Pero además nos gustaría que con motivo de esta Jornada de la Paz reflexionara usted acerca de todo esto y pudiera llegar un día en que su pueblo y el nuestro se pudieran fundir en un auténtico abrazo fraternal, como hermanos que somos, cada uno desde su propia personalidad y con igual dignidad.

Atentamente,
Jesús Fonts Bosch N.I.F. 77.733.750-Y
P.D. Se adhieren a esta firma :
Domènec Cucurella Comellas
Marcel·lí Fonts Bosch
Gerard Girbau Fonts
Jordi Crusellas Alberch
Carles Canellas Crusellas
Joan Casòliva Barcons
Teresa Fonts Bosch
Jordi Pérez Puchulutegui